Se puso el semáforo en verde, no podía pasar, y viene el chico malabarista, con una guitarra en sus manos y me dice:
_Buendía mi vida
Sonreí atónita y le extendí la mano que me había pedido.
_(besa la mano) Gracias por existir.
Algo que jamás pensé que me podría pasar, me hizo reír como nunca.